AYUDANDO EN EL PARTO  

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culantrillo de pozo o Adiantum capillus-veneris, empleado como reconstituyente tras el partoQue duda cabe que la concepción, el embarazo y el parto son ejes fundamentales de las sociedades humanas desde sus mismos orígenes.

Lo que ocurría durante todo este proceso estuvo siempre envuelto en el velo del misterio.

Por eso existen infinidad de remedios mágicos para intentar salvar las inquietudes que suelen acompañarlos, particularmente al momento crucial que es el parto.

Con la finalidad de buscar una feliz resolución del proceso se invocan fuerzas sobrenaturales, según cada cultura, por ejemplo: al Arcángel San Gabriel, a Santa Ana o a la Virgen del Carmen en la cristiana. O, a las Cihuapipiltin o Cihuateteo en la azteca. Por citar sólo dos ejemplos.

Se cree que el espíritu de ciertas plantas facilita el parto. En otro artículo explicaré cómo se establece esta relación con dicho espíritu o alma de la planta.

- La Rosa de Jericó (Rosa hiericontea): se pone una de estas plantas secas en un recipiente con agua justo cuando comienzan los dolores del parto. Por efecto del agua esta planta se va abriendo poco a poco. Así, cuando la Rosa de Jericó se ha abierto completamente se espera que la criatura haya nacido sin problemas.

- La Albahaca (Ocimum basilicum) también se ha usado para facilitar los partos. En este caso se ataba un ramillete al muslo de la parturienta.

En algunos casos los remedios mágicos consistían en el uso de algunos objetos:

- Para favorecer el parto se ponía bajo la almohada de la cama en la que estaba acostada la parturienta la llave de la casa. En algún parto en hospital la he visto colocar dentro del gorro con el que la parturienta entraba al paritorio.

- Con la finalidad de evitar dolores intensos (sobre todo a las primerizas) se les ponía, sin que lo supieran, unas tijeras abiertas en forma de cruz bajo la cama.

- Era habitual entre los remedios de las antiguas comadronas utilizar sahumerios de plantas para facilitar la dilatación ("ablandar las partes") cuando los partos se prolongaban. Por ejemplo, hacer llegar a la vulva el vapor de un cocimiento de Malva y salvado.

Entrando ya en el uso puramente de plantas medicinales destacaré estas fórmulas destinadas a dar a luz sin problemas:

- Una copita en ayunas, por la mañana, de cocimiento de Artemisa (Artemisia vulgaris), Albahaca (Ocinum basilicum) y huesos de dátiles machacados. Se recomendaba tomarla desde un mes antes de la fecha prevista para el parto. Debe quedar claro que la Artemisa presenta no pocos riesgos tomándola al principio del embarazo dada su reconocida actividad abortiva. Se supone que el conocimiento empírico presente en la medicina popular debía de conocer esto y se utilizaba al final del embarazo en pequeñas dosis precisamente para facilitar el parto.

- En las regiones en las que se cultiva tabaco se han usado enemas con cocimiento de hojas frescas de tabaco para ayudar en los casos en que el parto se prolongaba o se tornaba difícil.


Tras el parto se espera la expulsión de la placenta. Para facilitar esto se proponían remedios como el que sigue:

- Colocar sobre el ombligo de la parturienta una cebolla asada y, al mismo tiempo, se le hace aspirar el olor de una cebolla cruda.

Finalmente, finalizado el trabajo del parto, la mujer debe recuperar fuerzas:

- Se le da a beber, cada dos horas, una cucharada de infusión de Culantrillo (Adiantum capillus-veneris) hecha con, más o menos, 10 gramos de la planta en un litro de agua.

NOTA: En la foto se ve una mata de Culantrillo. Foto tomada de: Flashup

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